¿Cómo
es esto posible?
No
es para tanto…
Debo…
Esforzarme… Más…
Casi…
¡Ah!
¡Maldita cosa!
…
-
¡Bien!
¡Lo logré! –dije levantando ambos brazos en señal de mi victoria- ¿Creíste que
ibas a ganarme? Jajaja –apunté a mi rival-
Ninguna
reacción. Estaba haciendo el ridículo.
Mi
rival, en este caso mi maleta, al fin se había dado por vencido. Logré
cerrarlo, después de un esfuerzo sobre humano.
Mañana
por la mañana iba a ir al campamento junto con mi clase.
No
tenía maleta de acampar, y Daniel se ofreció a prestarme una que tenía de
sobra.
Era
muy grande, de color fucsia y verde. Me dolían un poco los ojos al verla, pero
era espaciosa y eso es lo que me importaba.
Fuera
de eso, llevaba un saco de dormir y una tienda de acampar. Además de todas las
cosas que, por su puesto, una mujer debe de llevar.
Estaba
lista y terriblemente preparada.
Pero
mentalmente estaba confundida, sobre todo por lo que hablé con Bea la noche del
“Festival de Música” en su escuela.
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-
¡Hey!
–dijo Bea- ¿Qué les parece si vamos a comer algo?
-
Bien
–dije- ¿Dónde iremos?
-
A
unas calles de aquí hay un local de comida rápida… -sugirió Michael, a nuestra
derecha-
Finalmente
nos colocamos en marcha al lugar sugerido.
No
era un lugar muy grande, y a pesar de ello estaba repleto.
Me
senté en la acera enfrente del local, mientras mis amigos entraron para ver el
menú.
No
tenía dinero suficiente, jamás traía dinero suficiente. Ese era uno de los
cuantos males que poseía.
Así
que no podía comprar nada. Y tenía hambre.
-
Oye…
¿Estás bien?
Levanté
la cabeza para encontrarme con una chaqueta negra, un collar de Ramstein y unos
ojos realmente tentadores.
Asentí
con la cabeza y sonreí; Daniel se sentó a mi lado en la acera.
-
¿No
comprarás nada? –dijo hacia mí-
-
No tengo hambre –reí- Y tampoco tengo dinero…
-
Creo
que no tener dinero es tu única razón, tonta –me dirigió una mirada molesta
para luego ponerse de pie- ¿Quieres papas fritas?
-
No
te preocupes…
Izo
caso omiso a lo que le dije, pues se dirigió de inmediato dentro del local.
Salió
con dos paquetes de papas fritas, y me extendió una hacia mí; le agradecí y las
recibí.
Era
muy amable.
No
me di cuenta de cuanta hambre tenía cuando había devorado en tiempo record la
mitad de mi porción de papas fritas.
No
hablamos mucho, tampoco sabía que decirle; pero era cómodo estar con él. Me
sentía bastante bien…
Luego
de un largo rato; cada uno se dirigió hacia su hogar. Y yo me quedé con Bea en
su casa.
-
Y
dime… ¿Te gusta o no? –me dijo Bea-
Estaba
sentada en su cama arreglándose el cabello. Yo me estaba abrochando el pijama.
-
¿Quién?
–me senté a su lado-
-
Pfft,
no te hagas la tonta. Hablo de Daniel…
-
¿Daniel?
–me sonrojé de inmediato- No… no me gusta, somos amigos, solo eso…
-
Esas
manos unidas me decían todo lo contrario – marcó un énfasis en “unidas”-
-
Bea,
no me malinterpretes, pero según él, es solo un juego –bajé mi mirada-
-
Puede
dejar de ser un juego algún día ¿No crees? –me sonrió y me levantó la mirada-
-
A
él le gusta otra persona…
-
¿Quién?
¿Estás segura de eso?
-
No,
pero… No quiero arriesgarme a parecer una tonta rechazada
Bea
me observó con cariño. Y se puso de pie.
-
Traeré
algo… -y salió de la habitación-
Era
una gran amiga. La consideraba como una hermana, una gran hermana.
Escuché
la puerta abrirse nuevamente y vi a Bea entrar con algo escondido tras de sí.
-
Mira
lo que traje… Ojalá que te guste –mostró lo que traía en su mano-
-
Bea…
¿Qué es eso?
Quería
matarme.
¿Conocen
las bombas? Esta era una de ellas.
Era
una explosión de dulce.
Galletas
con merengue, manjar y chispas de colores; acompañadas de néctar de
durazno y
galletas de chocolate rellenas.
¡¡¡Caboom!!!
-
¿Qué
invento es ese? –apunté a la bomba-
-
¿Nunca
lo has hecho? Te has perdido la mitad de tu vida, Dhaly… -dijo engullendo la
primera galleta-
-
¿No
moriré? –tomé unas de las galletas y la metí a mi boca-
¡¡¡Dulce!!!
-
Es
para pasar las penas… -me sacó la lengua- ¿Recuerdas lo que me dijiste? “La
vida está llena de pena y gloria, luz y oscuridad, pero para cada uno de esos
momentos recuerda que estaré contigo”
-
Bea…
-sonreí-
-
Me
lo escribiste cuando iba a irme de la escuela… -me observó nostálgica- Me gustó
mucho y ahora sé que debo hacer lo mismo contigo. ¡Cuenta conmigo para lo que
necesites!
-
Gracias…
Gracias.
En serio Bea.
Eres
una gran hermana, se que puedo contar contigo.
Luego
de eso, y de un inesperado escape de adrenalina después de haber comido esa
bomba dulce. La cual liberamos con una guerra de almohadas y conversaciones
sobre hombres…
Nos
quedamos dormidas.
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Buses…
Los odiaba…
Eran
incómodos, asfixiantes, y me mareaba fácilmente arriba de ellos.
Había
dejado mi enorme bolso a cuidado de los auxiliares, y me fui únicamente con mi celular y una bolsa
llena de confites.
Me
senté junto a Belly. En el asiento de en frente iba Marie y Jade, quienes nos
miraban desde arriba del asiento y conversaban con nosotras.
Belly
como siempre traía una provisión abundante de comida. Estoy segura que subí 5
kilos sentada a su lado.
Todo
el viaje de ida estuve un poco mareada, pero estaba relativamente bien.
Conversar con las chicas me hacía distraerme.
-
Bueno
chicos busquen sus cosas y nos pondremos en marcha –dijo nuestra profesora a
cargo-
Miss
Ely era una profesora joven y muy bonita. Usaba lentes y la mayoría de las
veces tenía su cabello recogido en una trenza o en una coleta alta.
Estaba
enfrente de nosotros dándonos instrucciones.
Estaba
abajo del bus y finalmente podía respirar aire fresco.
Era
un lugar hermoso, sin casas ni cemento, solo naturaleza…
Busqué
mi maleta y me la coloqué sobre los hombros, la primera vez casi me caigo de
espaldas, pero tomé la fuerza suficiente y avancé.
Parecía
un caracol, llevando su casita a paso lento. Me dolían los hombros, era
demasiado peso.
- ¿Te
ayudo? –dijo Seth a mi izquierda-
-
No
te preocupes puedo ¡Sooooooo….la!
¡Se
rompió! ¡La maleta se rompió!
La
tira de la maleta se rompió y calló al suelo.
¡Ay
no! ¡Daniel va a matarme!
-
Dhaly…
¿Estas bien? –Seth se dirigió hacia mi-
-
Si,
gracias… ¿Ahora como demonios la llevaré?
-
Yo
lo haré, no te preocupes. –sonrió hacia mi, tomando la maleta del suelo
firmemente y llevando la suya en la espalda- A cambio de eso, lleva mi saco de
dormir ¿Ok?
-
Ok
–sonreí- Perdón por las molestias
-
No
te preocupes…
Llevé
mi saco y el de Seth. Me sentía bien y libre de ese peso infernal.
Pero…
¿Por qué el camino era taaaan largo?
Según
Miss Ely eran… ¡8 kilómetros!
Oh
vaya…
…..
El
lugar era fantástico…
Increíblemente
fantástico…
¡Había
una cascada por amor de Dios!
Y
pensar que serán solo 3 días…
Armamos
la tienda cerca de la banca que había para observar la cascada. Pero estaba
lejos de todas las demás.
Dormiría
con Jade, Marie y Belly.
Pasamos
una tarde excelente, cocinamos todas juntas, jugamos cartas y bajamos a un lago
a la caída de la cascada… Pero el agua era demasiado helada para mi gusto…
Hicimos
una fogata en la noche y fuimos a dormir temprano… El cansancio nos ganó a
todos…
….
-
¡Arriba,
arriba! –escuché una voz varonil a mi izquierda- ¡Vamos flojas levántense!
-
¡Salgan
de aquí inútiles! –escuché gritar a Jade-
-
¡Déjenos
dormir! –esta vez fue Marie-
Abrí
un poco los ojos y vi a dos chicos asomar la cabeza por la entrada de la tienda.
Los muy imbéciles habían entrado sin avisarnos…
Después
de un rato, estábamos todas vestidas, levantadas, desyunadas y listas para
salir… A excepción de mí que me tardo mucho más…
-
¿Siempre
eres tan lenta? –dijo alguien desde la entrada de la tienda-
Daniel…
-
¡Sal
de aquí, me estoy arreglando, torpe! –intenté cerrar la tienda-
-
Hay
unos juegos de clase A versus B ¿Vendrás? –dijo calmadamente- Te estamos
esperando…
-
Iré,
iré solo espera…
-
Ponte
ropa cómoda y que no uses a menudo, dijeron que mancharíamos nuestra ropa…
-
Ok…
¡Ahora sal!
-
Bien,
le diré a Marie, a Belly y a Jade que vas enseguida…
Salió
lentamente de la tienda.
Estaba
avergonzada. No quería que me viera así, a medio maquillar y sin haberme
colocado desodorante o perfume.
Apuesto
a que Marie y las demás se veían más decentes que yo.
Jamás
iba a captar su atención de esta manera.
…
La
tarde de juegos pasó rápido, todo pasó velozmente. Me ensucié de pies a cabeza
y todo para que finalmente ganara el equipo contrario; pero no quiere decir que
no lo haya pasado estupendamente bien.
Me
había cambiado de ropa y decidí bajar y sentarme en la banca frente a la
cascada y pensar…
Reflexionar…
Encendí
unas de las canciones de rap que escuchaba más a menudo, pero la más calmada
que tenía; me puse los audífonos y me relajé.
Una
lágrima rodó por mis mejillas…
Mamá…
Familia…
Aún
las cosas no estaban bien en casa, y yo estaba aquí, escapándome del problema, divirtiéndome…
Me sentía horriblemente culpable…
No
me becaron, por lo que no puedo ayudar con los gastos de mis estudios…
Era
un estorbo. Un gasto.
Comenzó
a hacer mucho frío; y me di cuenta que había bajado la noche. Pero aún no
quería ir y compartir con los demás; lo mejor era buscar una linterna y
quedarme allí un rato más.
Subí
para buscar una linterna, estaba segura que tenía una en mi bolso.
Para
mi sorpresa, en el lugar donde teníamos la tienda ni había nadie, mejor para mí…
Quería estar sola un momento…
Abrí
con cuidado la tienda.
Mis
ojos se abrieron de par en par…
¡Oh
Dios no…!
¿Por
qué…? Daniel…
¿Por
qué estás con ella...?
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- Queridos Lectores:
Como siempre... Perdón por la tardanza, pero ahí está lo que esperaban n.n <3
Gracias x su paciencia... Pronto les traeré más sorpresas <3 <3
Bye Bye
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