Capítulo 4: Disfraces de Ying... Disfraces de Yang

    Blanco... Corto… Hermoso…

Esas fueron las primeras tres palabras que se me vinieron a la mente al verme en el espejo del tocador. Me vi dentro de un traje color  blanco que me llegaba arriba de las rodillas, mostrando más de lo que yo quisiera, era ajustado en la cintura, y disimulaba bien mi pequeño busto. Pero lo que más me impactaba del disfraz eran esas enormes alas de color blanco.

-          ¡Me encanta como te ves! –dijo mi prima a mi izquierda-
 
-        Gracias –sonreí-

Mi prima estaba vestida de gótica, la verdad es rara verla así, generalmente usa colores más vivos o alegres. Ella era hermosa, todo lo contrario a mi, tenía unos hermosos ojos color verde, tez clara y cabello castaño claro (Además de ser más alta que yo). Era dos años menores que yo, y aun así yo me veía 2 años más joven que ella. Por nuestra diferencia, estuve pensando seriamente en que fui adoptada de una sociedad indígena.

En fin, ¡Gracias a Dios! Mi mamá encontró a último minuto un traje de ángel, precioso a decir verdad, pero muy revelador… Después de todo lo encontró en la misma tienda de disfraces a la que fui con Marie… Estoy segura de que esa tienda es para mayores…

Mi cabello estaba liso y oscuro, y mis ojos se destacaban con un pequeño matiz plateado sobre ellos, combinaban con el traje… No me veía como modelo, pero algo podía hacer con mi persona para verme decente dentro de este pequeño conjunto…
-          ¡Dhalia! ¡¿A que hora llegaban tus invitados?! –preguntó mi madre desde el comedor-
 
-          ¡A las siete! –respondí-
 
-          ¡Entonces ven y déjame sacarte unas fotos con tu prima antes de que lleguen! –dijo-
 
-          ¡Voy! –dije dándome un pequeño vistazo antes de salir del tocador con mi prima-
Nos ganamos una junto a la otra, abrazadas… Sip, éramos la perfecta ironía del ying yang…

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     Y ahí nos encontrábamos, solo un grupo de niños jugando y caminando en dirección a una fiesta de disfraces, riéndonos, como cualquier otro día… Pero pese a esa situación tan común y corriente yo sabía que era algo mucho más importante para mí, era SU ocasión especial, y yo iba a estar ahí presente, para poder admirarla y conversar con ella un tiempo más.

Recuerdo que por los nervios lo único que hice fueron estupideces, como golpearnos con mis amigos, simulando ser boxeadores, incluso creo que disloqué la mandíbula de uno sin la intención, ¿Tan descuidado y nervioso habré estado como para ni siquiera medir mi fuerza?

Un camino un poco largo era para llegar a la tan esperada  fiesta, y este se hacía peor por la ansiedad que sentía en ese momento, me encontraba disfrazado como un artista marcial, un amigo de payaso, otro simplemente como todos los días, caminando por la calle como si nada, ¿Tanto espacio ocupaba ella en mi mente como para no darme cuenta en la situación que estaba?. La respuesta es un rotundo SI, todo el día pensando en ella, en solamente poder estar a su lado, aunque sea solo para mirarla, eso bastaba, o al menos así lo pensaba…

Cuando por fin llegamos la vi a ella y a sus amigas, hermosas a decir verdad, una de ellas disfrazada de sirvienta... pero no me provocó nada más que curiosidad por saber de dónde habría sacado ese disfraz, y otra de mis amigas, en realidad mi mejor amiga, Marie, vestida de vampiresa con un vestido bastante sensual, por decirlo de alguna forma el traje resaltaba su hermosura de mujer, lo diré directamente, me sonroje un poco al ver su enorme escote, pero… ¿Qué podía hacer?, solo soy un hombre…

-          Daniel… ¡Hola, Bienvenido! –dijeron detrás mi, y no pude evitar verla, mi corazón acelerado simplemente fue llevado hasta el límite de su capacidad cuando tuve que caminar hacia ella-
 
-          Hola… - el saludarla fue demasiado difícil, mis pies y manos quemaban, mi corazón palpitaba tan fuerte que no me dejaba respirar, mi cara caliente no me dejaba pensar con claridad – Emmm… Feliz Cumpleaños… -entregue mi regalo y no hallé que decirle, simplemente un saludo y mi mente colapsó al estar a su lado-
 
-          ¡Gracias! –recibiste mi regalo alegre, y eso izo que una pequeña sensación corriera por mi estómago- ¿Quieres algo de tomar?
 
-          No gracias… -dije, la verdad no tenía sed-
 
-          ¡Feliz Cumpleaños Dhaly! – dijeron detrás de mi, y ahora, gracias a una sus amigas, perdí su total atención-

Pese a la situación no podía dejar de mirar a Dhalia… ese traje de ángel me atrapó totalmente por sorpresa, como ese blanco resaltaba su piel, su hermoso rostro sonriendo como nunca antes había visto, unas hermosas piernas morenas que no podría olvidar por más que intentase, simplemente se exhibió perfecta ante mis ojos, una mujer tan hermosa y perfecta que no podía imaginarme ni siquiera en sueños, y estaba en frente mío, conmigo todo este tiempo, pero nunca tan hermosa como en ese momento…

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Siempre pensé que el cumpleaños número 15 era el más importante, ya que la verdad siempre me decían: “Los quince son la edad más linda, y es la edad en que el amor nuca se olvida”

Quizás eran tonterías de mis tías, pero bueno…

Mis primeros invitados fueron algunas de mis amigas, por supuesto estaba Bea, con su traje de sirvienta, que ella izo, siempre se las ingenia para hacérselas por si sola, también estaba Belly vestida de Batman versión mujer (No, no era gatubela), Alex de blancanieves, Marie de vampiresa y así… Todas vestidas de algo hermoso y salido de un cuento de hadas… O un comic…

Cuando terminaron de sacarnos fotos a todas, llegaron los chicos, venían todos juntos y vestidos de diversos personajes, realmente no se como vinieron desde su casa vestidos así…

Michael, era un vampiro, con un terrible maquillaje ¡Como rayos llegó pintura a su cabello, se supone que va en el rostro! Seth venía de vaquero, me recordaba un poco a Woody versión morena. Nataniel y Richard no venían vestidos, si no de forma casual, creo que no encontraron disfraz… Y Daniel… Sabía que le gustaban las series animadas igual que yo, pero jamás creí se vestiría con un traje de artes marciales color negro, y ese color contrastaba completamente con su tez blanca y su cabello claro…

Al principio lo llamé para saludarlo como corresponde, y se acercó a mí respondiendo mi saludo… Suspiré… Pues sentí su colonia… Mmmm, realmente no podía quejarme, era agradable…

Contrólate, contrólate…

Y volví a suspirar cuando se alejó de mí para darles espacio a otras personas para saludarme…

Llegó Richard, en su atuendo casual, pero especial para la situación, me saludó con un simple “Hola” y un “Feliz Cumpleaños”.

Él izo de DJ para la fiesta, cada vez que lo observaba para ver si quería algo de beber o comer, simplemente me sonreía… Esa sonrisa “Colgate”, blanca y perfecta.

Hace muy poco le sacaron sus frenos y ahora posee una espectacular sonrisa, una muy buena altura, y una actitud tímida y burlona… Era un muy buen chico, y sin dudarlo era atractivo…

Reí y bromeé varias veces con él, pero mi mente se trasladó a otro lado, a un chico vestido de negro… Mi Yang…

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    La fiesta pasó bastante bien, jugamos, reímos, igual que en el camino seguí comportándome como un niño, con esos guantes de box tan útiles en ese día.
En un momento determinado estábamos esperando a que una de las invitadas llegase…

-          Jade necesita que la vayan  buscar al paradero de autobús… ¿Alguien podría ir? ¿Dos personas quizás? –dijo Marie a mi lado-

-          Yo iré… -dije, al ver que nadie más se ofrecía, la verdad quería quedar bien frente a la cumpleañera- ¿Quién me acompaña?

-          Yo te acompaño…  –dijo Nataniel a mi derecha, depositó su vaso a medio beber en una mesita y me miró - ¿Vamos?

Lo seguí sin decir palabra alguna y cerré la puerta tras de mí, estaba lloviendo y como idiotas decidimos ir corriendo sin paraguas, nos intentaron parar y simplemente nos fuimos, en realidad nos dio mucha risa, hasta el momento en donde bajo un paradero de autobús nos quedamos esperando a que nuestra “encargo” llegase.

Aquí es donde la situación se puso un poco incomoda… Entre conversación y conversación tocamos en tema sobre cómo se veían las chicas…

-          ¿Viste el escote de Marie? –dijo entre sonrisas-

-          Si, si lo vi –sonreí junto a él-

-          De verdad tiene un buen físico –lo miré divertido- ¿Y Dhalia?

-          ¿Qué sucede con ella? –me sobresalté al escuchar su nombre-

-          Se ve hermosa, realmente tiene una hermosa figura, y no hablo de escote, para nada… Hablo de sus piernas y su cintura… - mi corazón llego a ponerse helado al escuchar de él esas palabras-

-          Si… Tienes razón… -dije sin mirarlo-

  Obviamente Nataniel era mejor para ella, ¿Qué hacía yo en esa fiesta?, más de un pretendiente se encontraba ahí… Yo solo estaba tratando de estar a su lado sabiendo que no iba a sacar nada al fin y al cabo. De pronto mi celular comenzó a sonar.
-          ¿Aló? –respondí-

-          ¿Daniel? –era la voz de Marie- Jade llegó en auto, así que van a tener que volverse –escuché risitas por el teléfono- Lo siento…

-          No te preocupes… Nos vemos –dije y colgué-

-          ¿Qué sucede? –dijo Nataniel, mirándome extrañado-

-          Tenemos que volver; a nuestro “encargo, Jade” Se le ocurrió la brillante idea de llegar en auto-

-          Rayos… Volvamos –y caminó en dirección a la fiesta-

   Tuvimos que volver simplemente, mi mente se despejo al correr de vuelta, o en realidad se nublo más supongo…

Al volver ahí, Dhalia se encontraba junto a él, Nataniel, mi competencia si se le pudiera llamar así, ya que realmente era la opción n°1, mucho mejor que yo, como cualquiera… a partir de ese momento el tiempo paso tan lentamente, no me acerqué a ella, simplemente jugué y me distraje.

   Se fue haciendo de noche y salimos a jugar a la escondida en un impulso de niños, en mi desesperación me subí a un árbol, ¿Qué más inteligente no?, y cuando me encontraron no hallé nada más inteligente que tratar de bajar rápido, con el resultado de caer de cara en un canal de agua….

-          ¡Daniel! –dijo Dhalia al encontrarme- ¡Dios! ¿Estas bien? Ven, te llevaré a la casa… - me tomó de un brazo y me dejé llevar-

Ya en su hogar, me atendió su madre, era la primera vez que la veía de cerca, se veía buena persona, amable y cariñosa, como toda madre debe ser…

-          ¡Hijo! ¡Por Dios! ¿Cómo se te ocurre subirte allí de noche? –me miró despavorida al ver la herida en mi rodilla y mi manga rota-

-          Soy hiperactivo… -no era del todo mentira, lo era, y eso es difícil de creer al principio, ella rió de una carcajada-

-          Traeré curitas, alcohol y aguja e hilo – con eso se fue-

Dhalia me observó con delicadeza para luego seguir a su madre. Me sentía tan idiota, tan inútil, ¿Por qué estaba yo ahí?, ¿No había decidido ya que no era lo suficiente para ella?

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La fiesta había terminado, todos se habían ido, y el único momento en que había hecho contacto con Daniel, fue el momento en que me obsequio su regalo, y la vez en que se calló… Divertido Idiota…

Después de la fiesta me miré al espejo, seguía con el traje, pero me veía cansada y desastrosa… Lo retiré de mi cuerpo y dejé expuesta mi ropa interior, busqué entre mis regalos y me encontré con chocolates, alcancías, peluches y un collar… Tomé la delicada caja entre mis manos y la abrí, dentro de ella estaba un collar con una mariposa perfectamente envuelto dentro. La saqué de su pequeño escondite y la lleve a mi cuello, se veía bien… Era encantadoramente delicado…

Mis labios se curvaron en una sonrisa boba, y pronuncié… “Gracias a todos… Gracias… Daniel…”

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   Todo terminó, ya era una hora decente como para poder irse…

Llegué a mi casa con la esperanza de que todo quedase atrás, me lavé los dientes, me desvestí  y simplemente desnudo me dejé caer sobre la cama, desgraciadamente para mí al cerrar los ojos, lo primero que vino a mi mente fue su imagen disfrazada de ángel…

¡Maldita hermosa imagen que no me dejaba olvidarla!...

Pasaron los días y nada podía quitar a Dhalia de mi mente, pese a la decisión que había tomado seguía juntándome con ella, tratando de pasar todo el tiempo posible  a su lado, pero ese día todo cambió…

Era de noche y caminábamos, y de pronto el tema salió a flote como un cadáver que ambos esperábamos no volver a ver… Una conversación con nuestro contrincante por el corazón de ella…

-          Te gusta Dhalia ¿Verdad? –dijo, al ver que no reaccionaba-

-          Si… Y a ti también… -fui cortante… al punto-

-          Mmm… -asintió en afirmación-

-          Nada se le puede hacer… -dije directo-

-          Nada…

   Dijimos nuestras intenciones, nuestros sentimientos, nuestras penas al ver que nuestra amistad estaba siendo afectada… ¿Por qué tenías que ser tú? Mi mejor amigo…. Richard…

Y al final de nuestra conversación concluimos todo en una frase…

“El que quede con ella será el que mejor la merezca”

• Notas de Final de Capítulo:

    "Este maravilloso capítulo se lo agradezco a alguien muy especial :) … muchas gracias a las personas que están leyendo mi primera novela, y gracias a ti querido escritor por hacerme saber como piensa un hombre… Y por darme la posibilidad de escribir este hermoso capítulo… Un beso grande a todos esperando que les haya gustado"