Capítulo 9: “Un completo desastre”
Dejé
mi bolso azul sobre el sillón gris.
Había
sufrido un día agotador y necesitaba descanso.
Gracias
a Dan había llegado a casa antes de lo esperado y podía relajarme con un
delicioso café y unas galletas con chispas chocolate.
¡Oh!
¡Y claro! Mis pantuflas de Osito Cariñosito también…
Sam
estaba en su habitación escuchando música, así que aún no sabía que había
llegado al departamento. Tampoco me di el tiempo de avisarle, necesitaba
recostarme en el sillón y descansar.
Pero
así no podía terminar este desastroso día, después de armar pleito con Andrew y
Verónica fuera de “Richy’s”, no podía
relajarme.
Pasaban
demasiadas cosas por mi cabeza.
Y
para colmo mi “posible” descanso fue interrumpido por el maldito timbre de la
puerta de la entrada.
Ya
decía yo que este día no podía terminar bien…
Me
levanté del asiento de la manera más lenta que me fue posible, como dejando mi
cuerpo terrenal sentado allí.
Me
dirigí hacia la puerta, pero lo pensé dos veces.
¿Quién
podría estar tocando a esta hora?
¿Nuestra
vecina Betty pidiendo un poco de azúcar? No lo creo.
Solo
podía ser una persona, alguien quien no logró quedar satisfecho con una
conversación hoy, alguien que quería verme.
-
¿Qué
quieres? –abrí la puerta dirigiéndome a quien estaba detrás de esta-
-
Vine
a pedir disculpas, Lyann –me observó con esos peculiares iris-
-
Bien,
disculpa aceptada. De todos modos no me interesa lo que hagas con tu relación.
–dije cortante-
-
Lo
siento tanto, todo lo que ocurrió allí solo fue un simple error. Pero me
escandalicé al pensar que Andrew podría estar contigo. Y engañarme… -bajó la
vista- No sabía lo que estaba diciendo, pero quería molestarte…
-
Verónica,
escucha…. –dije un poco más calmada- Andrew y yo no somos nada, no tienes para
que sentirte así. El te adora, en serio lo hace, estuvo preocupado por ti todo
este tiempo… Y sobre esa noche, tampoco ocurrió nada, se que Andrew puede
explicarte la situación por la que tuve que quedarme en su departamento.
-
Él
ya lo hizo, me lo explicó todo. –sonrió- Es por esa razón por la que quería
hablar contigo y no entrar en pleitos ¿Bien? –me extendió la mano-
-
Bien…
-se la recibí sin mucho afecto-
-
¡Genial!
Ahora, me iré. Andrew me está esperando… -me guiñó un ojo- Y Andrew no es de
esperar mucho…
-
Bien,
no quería saber detalles. Adiós. –me despedí-
Vi
como Verónica corrió hacia las escaleras y bajó rápidamente por ellas. Dejando
tras de si un dulce aroma a flores.
Andrew
estaba esperándola…
Vino
a pedirme disculpas, pero aún así no podía perdonarla.
Necesitaba,
en ese preciso momento, la mano reconfortante de Dan.
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Sam
se había levantado junto conmigo para ir a la biblioteca.
Este
era unos de los pocos días en que podíamos trabajar en el mismo horario y
vernos todo el día.
A
Sam le tocaba recepción y orden, en cambio yo, tenía que desembalar algunas
copias nuevas de algunos libros y ponerlas en su lugar con ayuda de Sam.
La
bodega era espaciosa y llena de polvo; Sam era alérgica por lo que nunca le
tocaba este trabajo tan tedioso.
Pero
en fin, este tipo de cosas debían hacerse.
Estaba
guardando una copia en la sección de “Poemas”, cuando alguien me giró para que
lo viese a la cara.
-
¿Necesitas
algo? –respondí serena, observando sus hermosos iris- ¿Alguna categoría en
específico?
-
¿”Hablar con Lyann Blair” es una
categoría? –me observó fijamente sin desviar la mirada-
-
No.
–dije cortante- Creo que la categoría que busca es “No me interesa hablar contigo, Andrew” –le saqué la lengua-
-
Esa
tampoco es una categoría… -alzó una ceja- Déjame hablar, Lyann.
-
No
quiero. –me giré en dirección contraria- Además no tengo tiempo para discutir
contigo, tengo trabajo que hacer…
-
Lyann,
quiero que me escuches –me detuvo de un brazo-
-
¡Entonces
habla de una vez! Antes de que me arrepienta…
-
Lyann…
Me arrepiento de todo lo que dije, de lo que Verónica dijo de ti, ella no midió
sus palabras. Lo lamento tanto… Ella no
quería…
Ya
me estaba hartando.
-
Verónica,
Verónica ¡Verónica! –me desesperé- Si todo lo que piensas es en ella, quédate
con ella. –me deshice de su agarre- Escucha bien mis palabras: NO - ME –
INTERESA. No tienes que pedirme disculpas por algo así… Ella es tu novia y no
tendría por que entrometerme. Así que no me incumbas más en tu vida y déjame
hacer la mía sin ti…
-
Lyann…
Cada
vez que Andrew decía mi nombre eran como mil puñaladas en el corazón.
No
quería decir lo que dije, la verdad no quería que me apartara de su vida. Pero
no podía vivir en un cuento de hadas.
-
Mientras
mas lejos estés de mi, será mejor para ambos –sonreí- Se que Verónica te ama…
-
Tu
no entiendes… -dijo él-
-
No,
no entiendo. –lo interrumpí- Y tampoco quiero entender tu vida, quiero entender
la mía.
Con
eso me dirigí a la bodega y me senté en unos de las cajas aún embaladas.
No
me había dado cuenta de que aún el libro de poesía seguía entre mis manos.
Lo
apegué a mi pecho y me arrinconé, esperando escuchar los pasos de Andrew
acercarse y tocar la puerta.
Pero
nada.
Solo
silencio.
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Eran
las cinco de la tarde y ya estaba lista.
Sam
no había vuelto del trabajo, así que supuse que había salido a comprar sombras
de ojos o algún delineador nuevo.
Llevaba
puesto unos jeans claros y una blusa verde pálido, mi cabello estaba levemente
peinado, ya que me había colocado un pinche en forma de libélula y un par de
aros a juego.
Sentí
que me veía bien y podía salir tranquilamente con Dan.
Eran
ya pasadas las cinco y media, cuando se me ocurrió la genial idea de comprar
alfajores y galletas de mantequilla para Dan.
Siempre
las comíamos cuando veíamos películas en casa de su mamá, seguro le traería
muchos recuerdos de infancia.
Estaba
afuera de la tienda con mi compra lista cuando los vi pasar.
Cabello
liso color cobre, lo reconocería en cualquier lugar.
Verónica.
Iba
tomada del brazo de un chico que no reconocí. Era alto, llevaba una camiseta
larga color verde agua y unos jeans caídos.
No
pode evitar seguirlos con la mirada y bien parecía que eran mas que amigos.
Se
detuvieron en una esquina y conversaron un buen rato. Verónica le tomaba la
camiseta de forma coqueta y sexy, además de que estaba segura de que podría
estarse mordiendo el labio.
Sentía
impotencia…
¿Cómo
podía coquetearle a un chico, si apenas hoy en la mañana me dijo que se sentía
mal al pensar en Andrew engañándola?
Era
una verdadera perra.
De
pronto Verónica se arrimó al chico alto y lo besó en los labios. El chico le
correspondió el beso.
Concluí
tres cosas de aquello.
Uno:
¡Parece que todos los hombres son igual de torpes!
Dos:
Verónica era una puta víbora mentirosa de primera categoría.
Tres:
Andrew era un estúpido que siempre elegía a las chicas más putas.
Era
oficial. Odiaba a Verónica.
Me
dirigí con paso firme al departamento.
¡¿Qué
pasaba por la cabeza de esa perra?!
¡Se
supone que lloraba por el amor de Andrew, pero el muy pobre tiene un par de
cuernos más altos que el Everest!
Y
Andrew… Defendiéndola, sin saber que detrás de si, ella le estaba moviendo la
cola a otro.
Bueno,
de cualquier forma, si llegaba a ver a Verónica, la mandaría a freír monos al
África, si no es que chimpancés, orangutanes, gorilas y toda una manada de
ellos.
Le
diría un buen par de cosas…
Llegué
a la puerta del departamento y coloqué las llaves en la cerradura, pero alguien
las retiró hábilmente de mis manos.
-
¿Qué
sucede, Lyann? –dijo detrás de mi- Has refunfuñado todo el camino al
departamento, ni siquiera te diste cuenta de que estaba aquí…
-
Lo
lamento –me giré para verlo a la cara- Estoy bien, no te preocupes…
Dan
sonrió mostrando sus dientes estilo “Me
los lavo después de cada comida y uso hilo dental”.
Llevaba
jeans oscuros, zapatillas cómodas y una camiseta blanca debajo de una camisa a
cuadros estilo escocés color vino.
Se
veía bien… Muy bien.
-
Ya
son las seis y venía a buscarte –dijo él- Así que… ¿Quieres ir?
-
Si,
por supuesto. –sonreí yo esta vez-
Dan
era un caballero, y estaba segura que no me haría daño.
Enfrente
del edificio estaba su auto color gris. Dan me abrió la puerta caballerosamente
para que yo entrara.
Sip,
Dan era realmente un caballero.
-
¿Qué
traes allí? –preguntó él apuntando la bolsa que había comprado- No me digas…
¿Galletas de mantequilla?
-
Sip
¿Te diste cuenta? –reí-
-
Es
que… -sacó algo del asiento trasero- Yo también compre algunas, pensé que te
harían recordar el pasado.
Ambos
reímos.
Dan
aún recordaba nuestra infancia juntos.
-
Y…
¿Iremos solo nosotros? ¿O nos acompañarán? –le guiñé un ojo, bromeándole-
-
No
podemos ir solos, tu padre no nos hubiese dejado. –rio- Así que invite a algunos amigos…
-
¿Amigos?
–alcé una ceja-
-
No
te preocupes, también habrá chicas –sonrió-
¿Quiénes
serán los amigos de Dan?
Chicos
y chicas respetuosos y con un trabajo estable, tal vez.
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¡FAN
– TÁS – TI - CO!
Realmente
fantástico.
No
podía ser de otro modo, odiaba al destino y a sus putas coincidencias de
mierda.
Apenas
llegamos afuera del cine, Dan hizo un par de señas a lo que suponía serían sus
amigos.
Pero
vaya…
Tenían
que ser ellos…
La
chica de ojos azules se acercó para depositarle un beso en al mejilla a Dan, y
a mi observarme de reojo. Sonó su teléfono y se dispuso a contestar alejándose
de nosotros.
Y su
“acompañante”, se presentó delante de nosotros, le dio un abrazo amistoso a
Dan, pero al darse cuenta de mi presencia me miró con los ojos absortos.
-
¿Danny?
¿Conoces a Lyann? –siguió observándome-
-
Hola.
–rodeé los ojos- Deberías a lo menos saludar.
-
¿Se
conocen? –esta vez fue Dan quien preguntó-
-
Si,
lo conozco, no hace falta presentaciones, gracias. –refunfuñé- No me digas que
estos eran los amigos de los que me hablabas. ¿Dónde rayos conoces a Andrew?
-
Andrew
es mi compañero de trabajo recientemente. A decir verdad es mi más apreciado
fotógrafo y modelo. –lo abrazó- “New Art”
es la compañía de publicidad para la que también trabaja tu madre. Publico
una revista de moda llamada “Angels”,
y Andrew es el fotógrafo estrella de la revista.
¡Oh…
Vaya coincidencias! ¡Ahora todo el maldito show tenía sentido!
-
¿Y
tu, como conoces a Lyann? –volvió a preguntar Andrew aún sin saludarme-
-
Éramos
vecinos cuando niños. –comenzó a explicarle Dan- Su madre contactó conmigo y
nos volvimos a encontrar el día de ayer. –sonrió- Lyann a crecido bastante.
Cada vez esta más hermosa…
Me
sonrojé de inmediato.
-
Oh…
Ya veo. –dijo un inexpresivo Andrew- La película empieza a las siete.
¿Esperamos a los demás o iremos a comprar algún refrigerio?
-
¿Esperar
a quien? –dije hacia Dan-
-
Un
amigo de Andrew –sonrió hacia mi-
De
seguro se trataba de SK, no conocía a ningún otro amigo de Andrew.
-
Lyann,
¿Te gustan las palomitas? –siguió diciendo Dan-
-
Ahh…
Si, si me gustan. –asentí-
-
Iré
a comprar algunas, no me tardo ¿Bien?
Con
eso desapareció entre una pequeña multitud que también deseaba comprar.
Había
quedado sola. Sola con este par de imbéciles…
-
¡Andrew!
–soltó Verónica de repente- Iré a buscar a Shonne, habló conmigo y dijo que se
había perdido camino aquí. El muy estúpido aún no sabe reconocer direcciones…
-resopló-
Sabía
que era SK.
Después
de decir esto se fue en busca del susodicho.
Oh…
Excelente…
Ahora
solo estaba con un imbécil.
Rodeé
los ojos.
Miré
a Andrew de reojo, pero el se encontraba viéndome. Aparté la mirada de
inmediato y me senté en unas de las pequeñas bancas que se encontraban cerca.
Me
concentré en buscar algo en mi celular que ni yo misma sabía.
De
pronto Andrew se acercó a mí y se sentó a mi lado. Apoyó ambos codos en sus
rodillas y dejó caer sus manos.
-
¿Te
gusta? –habló él-
-
¿Quién?
–dije sin apartar la vista de la pantalla de mi celular-
-
Danny.
-
Es
un buen chico –guardé mi celular en unos de los bolsillos de mi pantalón y me
enfoqué en arreglar un mechón de mi cabello-
-
No
estoy preguntándote si es un buen chico, te estoy preguntando si te gusta.
–dijo serio-
-
¿Y
que si me gusta? No debería interesarte.
-
Pues
me interesa –hizo una pausa- Me interesas Lyann…
Ahora
si estaba mirándolo a los ojos.
¿Había
escuchado bien? ¿Le interesó?
-
No
te creo. –le saqué la lengua-
-
¿Puedes
ser un poco más infantil? –enarcó una ceja-
-
Si.
–le mostré mi tercer dedo- ¿Esto te parece infantil?
-
¿Qué
tienes en contra de mí?
-
¿Qué
tengo? –reí sin ganas- Acabas de decirme que te intereso… ¿Es que acaso quieres
que caiga en tus redes para que vuelvas a jugar conmigo?
-
Lyann,
no quiero jugar contigo ¿Entiendes?
-
¡¿Entonces
que rayos quieres hacer conmigo?!
-
La
verdadera pregunta es ¿Qué es lo que NO quiero hacer contigo…? La respuesta es
mucho mas corta… -sonrió coqueto-
-
No
es gracioso Andrew –me sonrojé un poco… Admito que eso me dejó con mariposas en
el estómago- Estoy hablando en serio…
-
Yo
también –dijo penetrándome con esos hermosos iris gris celeste-
-
¡Andrew!
–dijo una voz tras nosotros- Al fin te encuentro ¿Sabes la odisea que tuve que
hacer para llegar hasta aquí?
SK estaba
con su gorro gris, llevaba un polerón largo color azul y unos jeans anchos
estilo vintage.
Realmente
quien lo viese a primera vista no se imaginaría que sea un estudiante de
gastronomía o… un mago callejero.
Sinceramente
SK era una combinación de estilos muy diferentes.
-
¿El
chico que querías presentarme era Andrew? –dijo una voz de mujer atrás de SK-
Abrí
los ojos de par en par.
-
¿Sam?
–me dirigí hacia ella-
-
¿Lyann?
–se veía igual de sorprendida que yo- ¿No me dijiste que olvidarías a Andrew?
¿Y ahora vienes con él? –se cruzó de brazos-
-
No
vengo con él –me puse de pie- Vine con Dan. Solo fue una coincidencia que él
estuviese aquí.
-
¿Dan?
¿Tu amigo de la infancia? –alzó una ceja- ¡Oh vaya, el destino si que juega
limpio! –sonrió-
-
Y
tú… ¿Qué rayos haces con Shonne si me dijiste que no te interesaba? –la encaré-
Es que acaso Samantha Lodge ¿También tiene sus secretos?
-
El
solo dijo que vendría a presentarme a otro chico, y además… Quería ver esta
película –bajó la mirada-
-
¡Esperen,
alto ahí! –dijo esta vez SK- ¿Viniste con Dan?
¡Oh rayos! No creí que Dan tuviese una cita… Lo siento Sam… Dan era el
chico a quien quería presentarte… -le pidió disculpas-
-
Oh…
vaya… Me conformaré con la película entonces… -Sam se cruzó de brazos-
-
¿No
te conformas con alguien como yo? –SK le guiñó un ojo-
-
Shonne
eres un pésimo conquistador… -esta vez habló Andrew- Realmente no te queda lo
de “Don Juan”.
-
Gracias
por apoyo, amigo –respondió SK irónico-
Me
fijé en Andrew y su seriedad.
Estaba
de alguna manera extraño o serio. Pero bueno, que rayos me importaba a mí.
Una
mano se posó sobre mi hombro, me giré de inmediato para encontrarme con un
enorme paquete de palomitas de maíz sostenidas por Dan.
-
Estas
son tuyas –dijo pasándome las palomitas-
-
Oh… Gracias –sonreí para él-
-
¿Esas
son palomitas? –saltó SK- ¡Yo quiero! ¿Quieres Sam?
-
No
gracias, engordaré –sonrió irónica Sam- Es broma, quiero uno tamaño gigante,
pero yo pago.
-
No
te preocupes, my lady, déjeme satisfacer sus necesidades.
Con
eso SK se retiró. Y Sam fue tras él discutiéndole sobre pagar las palomitas.
-
Sam
y Shonne no hacen mal pareja –dijo Dan-
-
¿Tú
crees? –reí- Porque yo también lo creo, pero Sam no hace caso.
-
¿Entramos?
La película comenzará pronto. –me apuntó a la entrada del cine- Andrew ¿Entras?
–se dirigió a él-
-
Espero
a Verónica –metió sus manos en los bolsillos delanteros de su pantalón-
-
¿Verónica?
–dijo Dan- ¿Es tu novia?
-
Si,
lo es. –dijo Andrew dirigiéndose una leve mirada hacia mi-
Me miró
de forma seria, casi molesta.
Me
lo estaba diciendo en la cara, él y Verónica eran novios.
Como
si lo estuviese admitiéndolo y pidiéndome que no me acercara a ellos.
De
repente, como si la hubiesen llamado, apareció la susodicha de cabello color
cobre con un paquete de palomitas de maíz. Se dirigió directamente a Andrew y
dejó el paquete sobre sus manos.
Me
miró de reojo y depositó un leve beso en la mejilla de Andrew, como reclamando
lo que es suyo.
Mis
manos se apretaron contra su voluntad, y sin pensarlo dos veces me arrimé al
brazo de Dan y nos dirigimos a la entrada del cine.
Ya
dentro nos sentamos los seis en una fila.
SK y
Sam estaban en el pasillo por haber llegado tarde, Sam me dijo que ella había
pagado su parte de las palomitas de maíz.
Luego
estaban Dan y yo, me sentía bien junto a él, pero no soportaba tener a Andrew y
a Verónica a mi lado.
La
muy perra se le pasaba coqueteándole y riéndose como estúpida.
De
pronto sentí como una mano se posó sobre la mía. Era de Dan.
-
Te
siento tensa ¿Estas bien? –susurró para mi-
-
No,
no lo estoy… -fui sincera- Dan, te necesito ahora… -susurré-
-
No
sabía cuando ibas a ser capaz de decirlo –sonrió-
Con
eso, solo con eso. Dan entrelazó nuestros dedos.
Me
sentía segura, protegida de alguna manera.
Dan
estaba allí para mi…
Me
relajé y dejé caer mi cabeza en su hombro derecho. Estaba cansada y Dan era el
perfecto hombro donde apoyarme.
Apenas
comenzó la película no pude concentrarme.
Miraba
siempre de reojo a Verónica y Andrew quienes también habían entrelazados sus
manos. Ella de vez en cuando le daba una palomita a Andrew en la boca y este
cada vez que podía besaba su mano.
Eso hacía
que mi corazón doliera como los mil diablos y que mis ojos quisieran nublarse.
Mi
mano se apretaba con fuerza y Dan la acariciaba.
No…
Definitivamente
no podía concentrarme en la película.
Solo
quería salir de allí.
===============
La
película había terminado y Dan no paraba de estirase.
Sam
comentaba sobre las mejores partes de la película las cuales yo no entendía
nada.
Andrew
había desaparecido de la sala y creo que Verónica había salido al tocador.
-
Saldré
a tomar algo de aire y a comprar una gaseosa. –le comenté a Dan- ¿Quieres?
-
Por
favor… Pero no te preocupes yo lo pago después ¿Ok? –sonrió y volvió a
estirarse-
Le
sonreí y me dirigí fuera del cine.
Ya
era bastante tarde, la película había durado dos horas.
Compré
un par de gaseosas y me senté en la banca de antes.
Dejé
que el líquido frío pasara por mi garganta y me refrescara.
Estaba
exhausta…
-
Así
que aquí estabas… -dijo alguien sentándose a mi lado-
-
Ahora
que quieres… -le dije cortante- Si solo vienes a molestar, me sentaré en otra
banca.
Intenté
colocarme de pié, pero Andrew me detuvo.
-
Lyann,
estoy molesto. –me observó con esos penetrantes iris gris celeste.
-
¿Me
ves preocupada? –ironicé-
-
No
quiero que salgas con Dan. –soltó él-
-
¿Qué?
¿Quién eres tú para decirme eso? Yo salgo con quien se me dé la gana –volví a
beber de mi gaseosa-
-
Solo…
No quiero que lo hagas. –se rascó la cabeza de forma desesperada- Ya me estoy
cansando de esto…
-
¿Cansado
de qué? –alcé una ceja- ¿Puedes hablar claro?
-
Tú
no entiendes… Quiero terminar todo esto, y con todo esto me refiero a Verónica.
Abrí
mis ojos de par en par. ¿Qué es lo que estaba diciendo Andrew?
-
¿Terminar
con ella? ¿Después de que le besabas la mano y la abrazabas de forma tierna? –rodeé
los ojos-
-
¿Quieres
terminar conmigo? –dijo Verónica-
Ella
había aparecido tras nosotros, no sabíamos hace cuanto tiempo estuvo allí,
puede que haya escuchado toda nuestra conversación.
-
Andrew…
¿Hablas en serio? –sus ojos azules comenzaron a nublarse- ¡Tu sabes todo lo que
siento por ti, no te cambiaría por nadie! –ahora sus lágrimas corrían por sus
mejillas-
-
Verónica…
-se levantó Andrew- Déjame explicar…
-
¡Apuesto
a que esto es tú culpa! –se dirigió esta vez hacia mi- ¡Apuesto a que me engaña
contigo!
Mi
calma se había destruido por completo.
¿Quería
decirle un par de cosas? Bueno… Le diré más que solo un par…
-
¡Escúchame
maldita víbora! ¿Quién rayos eres tu para venir a hablar de “Quien engañó a quien”? –la encaré- ¡Tu
eres la que está engañando a Andrew!
-
¡¿A
que te refieres?! ¡Jamás lo engañaría! –se puso delante de mi-
-
¿Ah
no? ¿Y quien mierda era el chico de polerón verde con el que te vi hoy por a
tarde? –ahora si Andrew se daría cuenta de con quien rayos estaba saliendo-
-
¡Es
que acaso no puedo salir con mi propio hermano! –respondió ella- ¡Estaba con SK
por amor de Dios!
Mis
ojos se abrieron de par en par. ¿SK?
-
¿Te
besas con Shonne? –dije absorta de mis propia palabras-
Verónica
guardó silencio.
-
¡Contesta!
–esto no podía quedar así- ¿Te besaste con tu propio hermano?
-
¿Qué?
–dijo Andrew- ¿Qué fue lo que hiciste? –se dirigió a Verónica- ¿Besaste a SK?
-
¡¿Dé
que rayos están hablando?! –apareció SK tras nosotros-
-
¿Besaste
a tu hermana? –me dirigí a él apuntando a Verónica-
-
¿Mi
hermana? –dijo SK-
Su
mirada vagaba entre ella y yo.
-
¡¿Alguien
podría explicarme todo esto?! –siguió diciendo SK-
-
Escucha
–comencé a decir- Verónica, tu dulce hermana, sale con Andrew ¿Cierto? Pues
bien… Hoy por la tarde la vi a ella besarse con otro chico, quien resulta ser
tú… Su hermano.
-
¡Esperen,
esperen! Ella… -apuntó a Verónica- ¿Sale con Andrew? ¿Yo soy quien? ¿Verónica?
¡¿Qué mierda pasa aquí?!
Oh…
Bien… Esto se estaba convirtiendo en un completo desastre.
No
entendía absolutamente nada.
¿Qué
rayos estaba sucediendo?
-
¿Está
todo bien? –dijo alguien tras de mi- ¿Lyann?
Dan
había aparecido en pleno numerito junto con Sam.
Ella
ni él sabían lo que sucedía.
-
¡Andrew!
¡Explícate! –lo apuntó SK- ¡No se porque creo que todo esto es obra tuya!
-
Shonne…
Déjame explicarte –habló Verónica hacia el- No es su culpa…
Mi
corazón empezó a bombear rápidamente.
Inconscientemente
tomé la mano de Dan y la apreté con fuerza.
-
Dan…
Quiero salir de aquí, ahora –le dije-
-
Bien…
Nos iremos de aquí.
Sin
soltarme de la mano comenzamos a avanzar.
Quería
salir de aquí, no entendía nada y solo quería huir de todo este alboroto.
De
pronto una mano se aferró a mi brazo derecho e hizo que soltara a Dan.
-
Tu
no vas a ninguna parte… -dijo Andrew sin soltarme- Tu vienes conmigo.
-
¿Qué?
–mi lengua se la había comido el ratón-
-
Dan,
puedes irte. Lyann, estará conmigo. –le dijo Andrew-
-
Lyann
está conmigo hoy… No me iré sin ella, a menos que ella me lo pida. –se cruzó de
brazos-
-
Bien…
-resopló Andrew- Puedes esperarla, pero deja que termine de hablar con ella a
solas. Necesito explicarle todo esto.
Dan
asintió y sentí como Andrew me jaló a su lado.
Me
tomó de la mano y con paso firme comenzó a llevarme a donde sea que me llevaba.
-
¡No
quiero que me expliques nada! –intenté soltarme de su agarre- ¡Déjame! ¡Quiero
irme con Dan!
-
¡Necesito
explicarte todo! Ahora solo sígueme.
-
¡No
te seguiré, a menos que me digas adonde me llevas! –le grité-
Andrew
se paró de golpe.
-
Andrew…
No comprendo nada de lo que sucede aquí… -dije son soltarme de su agarre- ¿Por
qué Verónica besó a su hermano? ¿Por qué SK reaccionó así? ¿Por qué estaba tan
sorprendido por lo que dije?
-
Ella
no es Verónica… ¿Quieres que te responda todo? Pues te llevaré donde la
verdadera… Solo tienes que seguirme.
Con
eso Andrew siguió avanzando sin soltar mi mano.
Esta
vez yo no me resistí.
¿Ella
no es Verónica? ¿Llevarme donde la verdadera?
Bien…
Mi mente estaba hecha un caos…
Pero
no lo suficiente como para no querer saber la verdad…
Estaba
a pasos de desenmarañar todo este misterio.
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